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Frases para el Alma

"No importa lo que se recoja de la siembra, lo importante es poder plantar buenas semillas". Silvina M.


"Empecemos a ver la vida con los ojos del alma y todo a nuestro alrededor cambiará su forma". Silvina M.


"Lo que sucede, conviene". Combustible Espiritual - Ari Paluch


"Persistir, insistir, resistir y nunca desistir". 


"Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes". Khalil Gibran


"Sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar". Paulo Cohelo


San Agustín alguna vez escribió "El mundo es un libro y aquellos que no viajan leen tan solo una página."
"La verdadera amistad contempla lo bueno y lo malo de nosotros, disfrutando de ambas cosas". Aldo Galante



Viktor Frankl
 Víctor Emil Frankl nació en Viena el 26 de marzo de 1905. Su padre trabajó duramente desde ser un estenógrafo parlamentario hasta llegar a Ministro de Asuntos Sociales. Desde que era un estudiante universitario y envuelto en organizaciones juveniles socialistas, Frankl empezó a interesarse en la psicología.

     En 1930, logró su doctorado en medicina y fue asignado a una sala dedicada al tratamiento de mujeres con intentos de suicidio. Al tiempo que los nazis llegaban al poder en 1938, Frankl adoptó el cargo de Jefe del Departamento de Neurología del Hospital Rothschild, el único hospital judío en los tempranos años del nazismo.

     Pero, en 1942 él y sus padres fueron deportados a un campo de concentración cercano a Praga, el
Theresienstadt .

     Frankl sobrevivió al Holocausto, incluso tras haber estado en cuatro campos de concentración nazis, incluyendo el de
Auschwitz , desde 1942 a 1945; no ocurrió así con sus padres y otros familiares, los cuales murieron en estos campos.

     Debido en parte a su sufrimiento durante su vida en los campos de concentración y mientras estaba en ellos, Frankl desarrolló un acercamiento revolucionario a la psicoterapia conocido como logoterapia.

     “Frankl retornó a Viena en 1945, e inmediatamente fue Jefe del Departamento de Neurología del Vienna Polyclinic Hospital, posición que mantendría durante 25 años. Fue profesor tanto de neurología como de psiquiatría.

     Sus 32 libros sobre análisis existencial y logoterapia han sido traducidos a 26 idiomas y ha conseguido 29 doctorados honorarios en distintas universidades del mundo.

     A partir de 1961, Frankl mantuvo 5 puestos como profesor en los Estados Unidos en la Universidad de Harvard y de Stanford, así como en otras como la de Dallas, Pittsburg y San Diego.

     Ganó el premio Oskar Pfister de la Sociedad Americana de Psiquiatría, así como otras distinciones de diferentes países europeos.

     Frankl enseñó en la Universidad de Viena hasta los 85 años de edad de forma regular y fue siempre un gran escalador de montañas. También, a los 67 años, consiguió la licencia de piloto de aviación.

     Víctor E. Frankl murió de un fallo cardíaco el 3 de septiembre de 1997, dejando a su esposa, Eleonore y a una hija, la Doctora Gabriele Frankl-Vesely.

(Biografía adaptada del obituario en la página web AP (Viena, Austria), del 3 de septiembre de 1997.



Teoría

     Tanto la teoría como la terapia de Víctor Frankl se desarrolló a partir de sus experiencias en los campos de concentración nazis. Al ver quien sobrevivía y quién no (a quién se le daba la oportunidad de vivir), concluyó que el filósofo Friederich Nietszche estaba en lo cierto: Aquellos que tienen un por qué para vivir, pese a la adversidad, resistirán”. Pudo percibir cómo las personas que tenían esperanzas de reunirse con seres queridos o que poseían proyectos que sentían como una necesidad inconclusa, o aquellos que tenían una gran fe, parecían tener mejores oportunidades que los que habían perdido toda esperanza.

     Su terapia se denomina
logoterapia, de la palabra griega logos, que significa estudio, palabra, espíritu, Dios o significado, sentido, siendo ésta última la acepción que Frankl tomó, aunque bien es cierto que las demás no se apartan mucho de este sentido. Cuando comparamos a Frankl con Freud y Adler, podemos decir que en los postulados esenciales de Freud, (éste consideraba que la pulsión de placer era la raíz de toda motivación humana) y Adler (la voluntad de poder), Frankl, en contraste, se inclinó por la voluntad de sentido.

     Frankl también utiliza la palabra griega
noös, que significa mente o espíritu. Sugiere que en psicología tradicional, nos centramos en la “psicodinámica” o la búsqueda de las personas para reducir su monto de tensión. En vez de centrarnos en eso; o más bien, además de lo anterior, debemos prestar atención a la noödinámica, la cual considera que la tensión es necesaria para la salud, al menos cuando tiene que ver con el sentido. ¡A las personas les gusta sentir la tensión que envuelve el esfuerzo de un meta valiosa que conseguir!.

     No obstante, el esfuerzo puesto al servicio de un sentido puede ser frustrante, la cual puede llevar a la neurosis, especialmente a aquella llamada
neurosis noogénica, o lo que otros suelen llamar neurosis existencial o espiritual. Más que nunca, las personas actuales están experimentando sus vidas como vacías, faltas de sentido, sin propósito, sin objetivo alguno..., y perece ser que responden a estas experiencias con comportamientos inusuales que les daña a sí mismos, a otros, a la sociedad o a los tres.

     Una de sus metáforas favoritas es el
vacío existencial. Si el sentido es lo que buscamos, el sin sentido es un agujero, un hueco en tu vida, y en los momentos en que lo sientes, necesitas salir corriendo a llenarlo. Frankl sugiere que uno de los signos más conspicuos de vacío existencial en nuestra sociedad es el aburrimiento. Puntualiza en cómo las personas con frecuencia, cuando al fin tienen tiempo de hacer lo que quieren, parecen ¡no querer hacer nada!. La gente entra en barrena cuando se jubila; los estudiantes se emborrachan cada fin de semana; nos sumergimos en entretenimientos pasivos cada noche; la neurosis del domingo, le llama.

     De manera que intentamos llenar nuestros vacíos existenciales con “cosas” que aunque producen algo de satisfacción, también esperamos que provean de una última gran satisfacción: podemos intentar llenar nuestras vidas con placer, comiendo más allá de nuestras necesidades, teniendo sexo promiscuo, dándonos “la gran vida”. O podemos llenar nuestras vidas con el trabajo, con la conformidad, con la convencionalidad. También podemos llenar nuestras vidas con ciertos “círculos viciosos” neuróticos, tales como obsesiones con gérmenes y limpieza o con una obsesión guiada por el miedo hacia un objeto fóbico. La cualidad que define a estos círculos viciosos es que, no importa lo que hagamos, nunca será suficiente.

     Igual que Erich Fromm, Frankl señala que los animales tienen un instinto que les guía. En las sociedades tradicionales, hemos llegado a sustituir bastante bien los instintos con nuestras tradiciones sociales. En la actualidad, casi ni siquiera eso llegamos a tener. La mayoría de los intentos para lograr una guía dentro de la conformidad y convencionalidad se topan de frente con el hecho de que cada vez es más difícil evitar la libertad que poseemos ahora para llevar a cabo nuestros proyectos en la vida; en definitiva, encontrar nuestro propio sentido.

     Entonces, ¿cómo hallamos nuestro sentido?. Frankl nos presenta tres grandes acercamientos: el primero es a través de los
valores experienciales, o vivenciar algo o alguien que valoramos. Aquí se podrían incluir las experiencias pico de Maslow y las experiencias estéticas como ver una buena obra de arte o las maravillas naturales. Pero nuestro ejemplo más importante es el de experimentar el valor de otra persona, v.g. a través del amor. A través de nuestro amor, podemos inducir a nuestro amad@ a desarrollar un sentido, y así lograr nuestro propio sentido.

     La segunda forma de hallar nuestro sentido es a través de
valores creativos, es como “llevar a cabo un acto”, como dice Frankl. Esta sería la idea existencial tradicional de proveerse a sí mismo con sentido al llevar a cabo los propios proyectos, o mejor dicho, a comprometerse con el proyecto de su propia vida. Incluye, evidentemente, la creatividad en el arte, música, escritura, invención y demás. También incluye la generatividad de la que Erikson habló: el cuidado de las generaciones futuras.

     La tercera vía de descubrir el sentido es aquella de la que pocas personas además de Frankl suscriben: los
valores actitudinales. Estos incluyen tales virtudes como la compasión, valentía y un buen sentido del humor, etc. Pero el ejemplo más famoso de Frankl es el logro del sentido a través del sufrimiento. El autor nos brinda un ejemplo de uno de sus pacientes: un doctor cuya esposa había muerto, se sentía muy triste y desolado. Frankl le preguntó, “¿Si usted hubiera muerto antes que ella, cómo habría sido para ella?. El doctor contestó que hubiera sido extremadamente difícil para ella. Frankl puntualizó que al haber muerto ella primero, se había evitado ese sufrimiento, pero ahora él tenía que pagar un precio por sobrevivirle y llorarle. En otras palabras, la pena es el precio que pagamos por amor. Para este doctor, esto dio sentido a su muerte y su dolor, lo que le permitió luego lidiar con ello. Su sufrimiento dio un paso adelante: con un sentido, el sufrimiento puede soportarse con la dignidad.

     Frank también señaló que de forma poco frecuente se les brinda la oportunidad de sufrir con valentía a las personas enfermas gravemente, y así por tanto, mantener cierto grado de dignidad. ¡Anímate!, decimos, ¡Sé optimista!. Están hechos para sentirse avergonzados de su dolor y su infelicidad.

     No obstante, al final, estos valores actitudinales, experienciales y creativos son meras manifestaciones superficiales de algo mucho más fundamental, el suprasentido. Aquí podemos percibir la faceta más religiosa de Frankl: el supra-sentido es la idea de que, de hecho, existe un sentido último en la vida; sentido que no depende de otros, ni de nuestros proyectos o incluso de nuestra dignidad. Es una clara referencia a Dios y al sentido espiritual de la vida.

     Esta postura sitúa al existencialismo de Frankl en un lugar diferente, digamos, del existencialismo de Jean Paul Sartre. Este último, así como otros existencialistas ateos, sugieren que la vida en su fin carece de sentido, y debemos afrontar ese sin sentido con coraje. Sartre dice que debemos aprender a soportar esta
falta de sentido; Frankl, por el contrario, dice que lo que necesitamos es aprender a soportar nuestra inhabilidad para comprender en su totalidad el gran sentido último.

     “Logos es más profundo que la lógica”, decía, y es hacia la fe adonde debemos inclinarnos.




Detalles clínicos especiales

     Víctor Frankl es casi tan bien conocido por ciertos detalles clínicos de su acercamiento como por su teoría en general. Tal y como mencionamos antes, él cree que el vacío existencial se llena con frecuencia de ciertos “círculos viciosos” neuróticos. Por ejemplo, ahí está la idea de
ansiedad anticipatoria: alguien puede estar tan asustado de sufrir ciertos síntomas relacionados con la ansiedad, que llegar a tener esos síntomas se torna inevitable. La ansiedad anticipatoria causa aquello mismo de lo que la persona está asustada. Los tests de ansiedad son un ejemplo obvio: si tienes miedo de fracasar en los exámenes, la ansiedad llegará a prevenirte de hacer bien los exámenes, conduciéndote a tenerles siempre miedo.

     Una idea similar es la
hiperintención, que sugiere el esfuerzo en demasía, lo cual en sí mismo te previene de tener éxito en cualquier cosa. Uno de los ejemplos más comunes es el insomnio: muchas personas, cuando no pueden dormir, continúan intentándolo, siguiendo las instrucciones al pie de la letra de cualquier libro. Por consiguiente, al intentar dormirse se produce el efecto contrario; es decir, previene de dormirse, de manera que el ciclo se mantiene indefinidamente (paralelamente, y de forma incidental, la forma en que hoy se usan de forma excesiva las pastillas para dormir, ¡provoca el efecto contrario!). Otro ejemplo sería la manera en la que nos sentimos en la actualidad con respecto a ser el amante perfecto: los hombres sienten que deben tardar más, las mujeres se sienten obligadas no sólo a tener orgasmos, sino múltiples orgasmos y así sucesivamente. Demasiado preocupación en este campo, traerá consigo, inevitablemente, la inhabilidad de relajarse y disfrutar de la experiencia.

     Una tercera variante sería la
hiperreflexión. En este caso se trata de “pensar demasiado”. A veces estamos esperando que algo pase, y efectivamente pasa, simplemente porque su ocurrencia está fuertemente ligada a las propias creencias o actitudes; la profecía de la auto-compleción. Frankl menciona a una mujer que pese a haber sufrido de malas experiencias sexuales en su niñez, desarrolló una personalidad fuerte y sana. Cuando tuvo la oportunidad de acercarse al mundo de la psicología, se encontró con que en la literatura se mencionaba que tales experiencias dejaban a la persona con una inhabilidad para disfrutar de las relaciones sexuales; a partir de aquí, ¡la mujer empezó a tener estos problemas!.

     Una parte de la logoterapia utiliza así mismo estos términos: la
intención paradójica es desear precisamente aquello de lo que tenemos miedo. Un hombre joven que sudaba profusamente cuando se encontraba en situaciones sociales, recibió la instrucción de Frankl de que pensase en desear sudar. Parte de sus instrucciones decían: “¡Sólo he sudado un cuarto de tiempo antes, pero ahora lo haré al menos por diez cuartos del tiempo!”. Obviamente, cuando se puso en ello, no pudo realizarlo. Lo absurdo del planteamiento rompió su círculo vicioso.

     Otro ejemplo lo podemos encontrar relacionado con los trastornos del sueño: siguiendo a Frankl, si sufres de insomnio, no te pases la noche dando vueltas, contando ovejas, moviéndote de un lado a otro para conciliar el sueño, ¡levántate! ¡Trata de mantenerte despierto lo más que puedas! Con el tiempo te verás cayendo como una roca en la cama.

     Otra técnica es la
dereflexión. Frankl cree que muchos problemas tienen su raíz en un énfasis excesivo sobre el mismo. Con frecuencia, si te alejas un poco de ti mismo y te acercas más a los demás, los problemas suelen desaparecer. Si, por ejemplo, tienes dificultades con el sexo, trata de gratificar a tu compañero sin buscar tu propia satisfacción; las preocupaciones sobre erecciones y orgamos desaparecen y las realidades reaparecen. O simplemente, no intentes complacer a nadie. Muchos terapeutas sexuales sostienen que una pareja no hace más que “besuquearse y tocarse”, evitando el orgasmo a “toda costa”. Estas parejas sencillamente duran un par de noches antes de que aquello que consideraban un problema, definitivamente se resuelva.

     De todas maneras, por más interés que estas técnicas hayan suscitado, Frankl insiste en que al final los problemas de estas personas son realmente una cuestión de su necesidad de significado. Por tanto, aunque estas técnicas sean un buen comienzo a la terapia, no son bajo ninguna circunstancia la meta a lograr.




Lecturas

     Viktor Frankl ha escrito un buen número de libros que introducen su teoría. Uno de ellos From Death Camp to Existentialism se centra en sus experiencias en un campo de concentración.
A continuación, existen dos links; el primero de ellos amplía un poco las teorías del autor y tiene a su vez algunas direcciones de interés sobre Frankl y el existencialismo. El segundo corresponde a una lista de libros en castellano, con su consiguiente editorial.
http://www.casaviktorfrankl.com/
http://www.xoroi.com/frankl.htm


LO IMPREVISIBLE EN NUESTRAS VIDAS

La lluvia al viento le dijo:
“Tu arrasarás y yo inundaré”.
Castigaron tanto el lecho del jardín
Que las flores se arrodillaron.
Se doblegaron para protegerse.
Pero no murieron.
Yo sé lo que las flores sintieron.
Robert Frost

Vivimos condicionados, aprendemos de niños que si tenemos una vida correcta y hacemos bien nuestros deberes, vamos a ser buenas personas y nos van a querer mucho, y así empezamos a crecer en esta rueda girando sobre sí misma como ratoncitos corriendo por la misma inercia de la rueda, en este caso la vida que creemos que nos corresponde, y que las cosas le suceden a los otros.
Muchas veces cuando estamos en la calle y la gente nos choca desesperados, no mirando y hasta hablando sola, con los ceños fruncidos, miedosos, desconfiados, defensivos, agresivos y tristes, algunos manifestando, reunidos, actuado en masa y animándose a cosas que solo no harían ni dirían. Los que manejan con sus coches a bocinazos y frenadas, todos desorbitados, se sienten amenazados, ¿Saben dónde van?.... Posiblemente con esa vida que tenemos, no hay tiempo para pensar hacia donde vamos. Será una manera justificada socialmente de ocultar ese sentimiento de vacío.
El hombre existencialmente frustrado no sabe como ocupar ese tiempo. “Solo existe una manera de hacer frente a la vida: tener una tarea que cumplir”. El vacío puede estar oculto tras muchas máscaras, escapismos o pantallas que en realidad son la excusa para ocultarse de sí mismos. La droga, el juego, últimamente en nuestra sociedad aumento notablemente el número de casinos, la gente se aísla en estos lugares, se olvidan de sí mismos, no aceptan la realidad.
La angustia de vacío aumenta y hasta se torna insoportable, se da física y psíquicamente, y en el deseo de tapar no se ven; un ejemplo muy conocido es el del bebedor, que siente: para que dejar de tomar, si cuando lo hace la realidad se le torna insoportable.
Resulta paradójico que la persona cuanto más desconoce la misión en su vida, más descontrolada, agitada y alienada se siente.
La preocupación por el sentido de la existencia es lo que esencializa al hombre. Es la punta del iceberg para llegar a lo humano del ser. Activar la voluntad de sentido, hacerla conciente y presente, después de haberlo descubierto y encontrado por sí mismo.
El hombre necesita paz interior y equilibrio para promover la dirección en la vida y poder responder y así planificar su futuro, eligiendo y siendo.
Sabemos que la vivencia de su vacío interior, agobia y oprime a la persona.
Estamos tan desesperados que no llegamos a ver nuestra verdad, lo que queremos,  lo que somos y lo que podríamos llegar a ser.
El materialismo a ultranza nos lleva a una loca carrera por tener, vaciando el ser. En esta alineación perdemos la posibilidad de elección para el rumbo de nuestras vidas.
La vida es un regalo de Dios y a veces se pierden demasiados años en reconocerlo, en algunos casos hasta la mitad de la vida, aceptándolo cuando pasamos una situación limite como ser una enfermedad dolorosa o la pérdida de un ser querido. Frankl nos habla de la tríada trágica (sufrimiento, culpa y muerte) situaciones que se comportan como barreras marcando un antes y un después.
Pasaron muchos años y aún recuerdo el relato de un padre desgarrado por la muerte de su joven hija, diciendo que hubiera aceptado cualquier condición con tal de tenerla viva y que su único consuelo era haberle dado todo su amor y recordaba su despedida minutos antes de su muerte inesperada. Fue un gran padre que jamás pensó pasar por este golpe inevitable del destino. Perder un hijo es como perder el futuro, es la pérdida de un proyecto y hasta podría animarme a decir el mas sublime de un ser humano.
Otro caso que me impactó, años atrás, entrevisté a un hombre, desconfiado y reticente de la Psicología, mantuve una charla distante, yo no pude entender para que vino a mi consulta, me pidió hacer un dibujo, le propuse que dibujara un árbol, cuando me lo entregó vi claramente un quiebre del trazo muy marcado en la parte superior de la copa, signo que me llamo la atención, por lo que le pregunte si había habido alguna situación o hecho en los últimos días, me dijo no, muy decidido y hasta molesto. A la segunda semana volvió a verme pálido, era otra persona – me acordé tanto de usted (me dijo), y me cuenta lo que pasó, su hijo de 20 años había tenido un accidente automovilístico: dos de los compañeros fallecieron en el acto y él había quedado cuadriplégico para el resto de su vida,....” imagine si cambio mi vida que hasta la casa tuve que modificar por mi hijo discapacitado”. Nos seguimos
viendo unas semanas más y a pesar de todo, su vida, la de su hijo y el resto de la familia ahora tenían sentido.
La auto-trascendencia nos permite a través del amor mirar al otro, salir de nosotros mismos para encontrar sentidos y significados en nuestra existencia.  A veces las situaciones más terribles se pueden vivir como oportunidades hacia un nuevo orden.
No nos lamentemos por lo que no dimos, vimos o dijimos. Si le damos un sentido a ese sufrimiento tendremos las posibilidades de crecer como personas, ser mas tolerantes, no suponer lo que al otro le pasa ni esperar que adivinen lo que queremos. Parece que cuando nos roza la muerte allí queremos la vida y empezamos a aprender que debemos y queremos ser libres y responsables. Hacemos cosas que no hacíamos, decimos mas lo que sentimos, aceptamos, aprendemos a amar sin la seguridad que nos será devuelto, a partir de situaciones de dolor accedemos a la libertad y desaparecen temores, ya no estamos condicionados, nos fortalecemos haciendo más consistentes nuestros valores.
Hay algunos que tienen suerte y pueden reparar, pero tal vez no tengamos esa posibilidad ¿por qué exponernos?
Tenemos la libertad de elegir, de amar y responsabilidad con nuestras vidas, depende de nosotros mismos que el sufrimiento nos venza o fortalezca.
No perdamos la oportunidad: Elijamos, no temamos, que podemos tener una vida
mas sentida.
Lic. Graciela Minteguia

La fila 9


 ¿Han oído hablar de los sobrevivientes de los Andes? En 1972, un avión militar con 40 pasajeros y cinco tripulantes se estrelló en la Cordillera de los Andes en ruta hacia Santiago de Chile.

 De las 45 personas que iban en el avión, 12 murieron en el accidente (entre ellas la madre de Fernando Parrado); 5 murieron al otro día, y a los 8 días muere Susana Parrado (hermana de Fernando)debido a sus lesiones.

 A los 16 días, una avalancha se llevó la  vida de ocho más, y dos jóvenes murieron a mediados de Noviembre por las infecciones de sus lesiones.  Los demás, completaron 72 días en la montaña, hasta que fueron rescatados.

 Esta es una conferencia que dio Fernando Parrado, sobreviviente de los Andes:

 "NINGÚN  ÉXITO  EN LA VIDA JUSTIFICA EL FRACASO EN LA FAMILIA"

          ¿Qué conferencista logra hoy colmar un auditorio de 2,500 ejecutivos y empresarios, muchos con sus mujeres e hijos, y hablar durante una hora y media sin que nadie pierda detalle del tema ?

      Fernando Parrado, uno de los 16 sobrevivientes de la tragedia de los Andes, a 36 años de aquella historia que asombró al mundo,
       consiguió hace algunos meses más que eso: Conmover a un foro de negocios y capacitación empresarial al transmitir las simples moralejas que le dejaron vivir 72 días en plena Cordillera sin agua ni comida.

          Fue durante la jornada de cierre de Expo Management 2008.

      Su presentación, un monólogo sin golpes bajos acompañado por vídeos e imágenes de la montaña, tuvo dos etapas bien diferentes.

      En la primera narró, con un relato íntimo repleto de anécdotas, los momentos que lo marcaron de aquella odisea a 4000 metros de altura
      en la que perdió a buena parte de sus amigos, además de su madre y su hermana.

      '¿Cómo es posible sobrevivir donde no se sobrevive?', se preguntó.

      'Sobrevivimos porque hubo liderazgos, toma de decisiones y espíritu de equipo, porque nos conocíamos desde mucho antes', dijo.

          Y arrojó un primer disparador.
      "En la vida el factor suerte es fundamental"

      Cuando llegué al aeropuerto de Montevideo no daban número de asiento para el avión. 
A mí me tocó, de casualidad, la fila 9, junto a mi mejor amigo. Cuando el avión chocó en la montaña, se partió en dos.

      De la fila 9 para atrás no quedó nada.
      Los 29 sobrevivientes al primer impacto viajaban en la parte que quedó a
      salvo.'  De ellos, dijo, 24 no sufrieron un rasguño.

      Así, los menos golpeados empezaron a ayudar, actuando como un verdadero
      equipo. Administramos barritas de chocolate y maní al punto de comer un
      grano por horas cada uno.

      Marcelo, nuestro capitán y líder,
      asumió su rol para contenernos cuando le preguntábamos qué pasaba porque
      no llegaba el rescate.

      Decidimos aguantar.'

          Pero días después el líder se desmoronó.

       La radio trajo la noticia de que había concluido el rescate.

      '¿Cómo hubieran reaccionado ustedes?
       El líder se quiebra, se deprime y deja de serlo.

      Imagínense que yo cierro esta sala, bajo la temperatura a  -14 grados
      sin agua ni comida a esperar quién muere primero.'

      se hace un Silencio estremecedor de la primera a la última fila.

          'Ahí me di cuenta de que al universo no le importa qué nos pasa.

      Mañana saldrá el sol y se pondrá como siempre.

      Por lo tanto, tuvimos que tomar decisiones.

      En la noche 12 o 13 nos dijimos con uno de los chicos:

      «¿Qué estás pensando?»

      «Lo mismo que vos. Tenemos que comer, y las proteínas están en los
      cuerpos.»
      Hicimos un pacto entre nosotros, era la única opción.

      Nos enfrentamos a una verdad cruda e inhumana.'

          Desde la primera fila, decenas de chicos llevados por sus padres
      escuchaban boquiabiertos.

      Parrado apeló a conceptos típicos del mundo empresarial.

      'Hubo planificación, estrategia, desarrollo.

      Cada uno empezó a hacer algo útil, que nos ayudara a seguir vivos:
      zapatos, bastones, pequeñas expediciones humanas.

       Fuimos conociendo nuestra prisión de hielo.'

          'Hasta que me eligieron para la expedición final,porque la montaña
      nos estaba matando, nos debilitaba, se nos acababa la comida.

      Subí aterrado a la cima de la montaña con Roberto Canessa.

      Pensábamos ver desde allí los valles verdes de Chile y nos encontramos
      con nieve y montañas a 360 grados.

      Ahí decidí que moriría caminando hacia algún lugar.'

          Entonces sobrevino el momento más inesperado.  Pero "Esta no es la
      historia que vine a contar",avisó.

       Y contó que su verdadera historia empezó al regresar a su casa, sin su
      madre ni su hermana, sin sus amigos de la infancia y con su padre con
      una nueva pareja.

      '¿Crisis? ¿De qué crisis me hablan?

      ¿Estrés? ¿Qué estrés?

       Estrés es estar muerto a 4000 metros de altura sin agua ni comida',
      enfatizó.

          Recordó un diálogo fundamental que tuvo con su padre, que le dijo:

      'Mira para adelante para adelante, anda tras esa chica que te gusta, ten
      una vida, trabaja.Yo cometí el error de no decirle a tu madre tantas
      cosas por estar tan ocupado, de no compartir tantas festividades con tu
      hermana, no darme el tiempo de platicar con ellas mis vivencias, no
      decirles cuanto las amaba'.

          Y cerró, determinado:

       'Las empresas son importantes, el trabajo lo es, pero lo verdaderamente
      valioso está en casa después de trabajar: la familia.
Mi vida cambio, pero lo mas valioso que perdi fue ese hogar que ya no existia
al regresar.

 No se olviden de quien tienen al lado, porque no saben lo que va a pasar
mañana.

   Una interminable ovación lo despidió depie ......

   "NINGUN ÉXITO EN LA VIDA, JUSTIFICA EL FRACASO EN LA FAMILIA"
   Si TU tienes un calido hogar, piensa que al igual que Yo:

 Eres una persona con Suerte !!!  Te toco de la fila 9 hacia adelante, y creeme
.... la mayoria viaja de la 9 para atras.





“La vida no te está esperando en ninguna parte, te está sucediendo. No se encuentra en el futuro como una meta que has de alcanzar, está aquí y ahora, en este mismo momento, en tu respirar, en la circulación de tu sangre, en el latir de tu corazón. Cualquier cosa que seas es tu vida y si te pones a buscar significados en otra parte, te la perderás.”

Mañana es la única utopía




Frecuentemente me preguntan que cuántos años tengo...
¡Qué importa eso!.
Tengo la edad que quiero y siento.
La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso.
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso, o lo desconocido.
Tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la
convicción de mis deseos.
¡Qué importa cuántos años tengo!.
No quiero pensar en ello.
Unos dicen que ya soy viejo y otros que estoy en el apogeo.
Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.
Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso, para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos, rectificar caminos y atesorar éxitos.
Ahora no tienen por qué decir: Eres muy joven, no lo lograrás.
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo.
Tengo los años en que los sueños se empiezan a acariciar con los dedos, y las ilusiones se convierten en esperanza.
Tengo los años en que el amor, a veces es una loca llamarada, ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada.
Y otras en un remanso de paz, como el atardecer en la playa.
¿Qué cuántos años tengo? No necesito con un número marcar, pues mis anhelos alcanzados, mis triunfos obtenidos, las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones rotas... valen mucho más que eso.
¡Qué importa si cumplo veinte, cuarenta, o sesenta!.
Lo que importa es la edad que siento.
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.
Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos.
¿Qué cuantos años tengo? ¡Eso a quién le importa!.
Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento. 

José Saramago Premio Nobel Literatura 1998.