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Fauna II

Tortugas Marinas

Evolución




El origen exacto de estos animales es desconocido, pero existen fósiles confirmados de tortugas de hace al menos 180 millones de años. Hacia el final del periodo cretácico, hace más de 65 millones de años, aparecieron tortugas marinas como Archelon ischyros, una tortuga gigante, con un caparazón de hasta 3,5-4 metros de longitud. Desde entonces, tras millones de años de evolución y adaptación a la vida en los océanos del planeta, ocho especies de tortuga pueblan hoy sus aguas tropicales y subtropicales.
Adaptación a medio marino
Tortuga nadando
Descendientes de las tortugas terrestres, las tortugas marinas tuvieron que realizar una serie de adaptaciones importantes para poder sobrevivir y colonizar el medio marino, partiendo de las marismas y estuarios en las márgenes del mar de Tethis. Una de las principales adaptaciones necesarias para su movilidad fue el cambio de las patas por aletas que, unido a un importante desarrollo muscular, permitiría a estos animales desplazarse con destreza en el agua. Sin embargo, este desarrollo muscular implicaba también que las tortugas marinas perdían la opción de retraer su cabeza y extremidades bajo la seguridad del caparazón. A pesar de estas y otras adaptaciones a la vida en un medio acuático salino, dos aspectos de su historia natural aparecen como importantes factores limitantes, especialmente en la actualidad frente a diversas amenazas derivadas del uso intensivo del medio marino y costero por parte principalmente de las industrias de la pesca y el turismo. La necesidad de tomar aire en superficie, unida al letargo de las tortugas en sus fases de reposo y calentamiento flotando en la superficie del mar hace que estos animales sean frecuentemente víctimas de la colisión con embarcaciones rápidas. Pero es, sin lugar a dudas, la puesta de huevos en nidos terrestres uno de los principales factores que han hecho extremadamente vulnerables las poblaciones de tortugas frente al ser humano.
Historia natural
Cría de tortuga laúd
Aunque varía entre especies y poblaciones, en general las tortugas marinas alcanzan la madurez sexual en torno a los 20-30 años. A partir de este momento las hembras anidarán en ciclos de 2, 3 o 4 años. En cada temporada pueden realizar entre 1 y 10 puestas, espaciadas unos 15 días. Generalmente la puesta se realiza de noche. La tortuga emerge del agua para arrastrarse por la playa en busca de un sitio adecuado, donde inicia un barrido de la arena de superficie con sus aletas delanteras. Luego ancla sus aletas delanteras en la arena y excava con sus aletas traseras un hueco en forma de bota que varía en profundidad según las especies, entre unos 40 y 80cm. En este hueco son depositados unos cien huevos blandos, variando en tamaño según la especie desde el de una pelota de ping pong hasta el de una pelota de tenis (tortuga laúd). Después el nido es recubierto y la hembra regresa al mar.
La incubación adecuada dependerá del grado de humedad de la arena y el calor del sol. Si todo va bien, aproximadamente dos lunas más tarde las tortuguitas eclosionarán para iniciar el ascenso a la superficie. Generalmente emergen de la arena durante las horas nocturnas para iniciar su carrera frenética hasta la orilla. Las que hayan sobrevivido a la erosión natural de las playas o a los depredadores terrestres (perros, zorros, ratas, mangostas, aves, cangrejos o incluso el ser humano), tendrán que enfrentarse a los hambrientos peces y aves marinas que les esperan en la mar. De cada 1000 o 2000 huevos, se estima que sólo una tortuga llegará a ser adulta. Muchos misterios rodean todavía la ecología de las tortugas, sobre todo en estos primeros años de su vida pelágica. Su escasa corpulencia limita su movilidad y son sobre todo las corrientes las que las arrastran a zonas de concentración de alimento. Al cabo de varios años las tortugas ya serán capaces de moverse con gran destreza, iniciando nuevas fases en el ciclo de su vida alimentándose en praderas de fanerógamas, arrecifes de coral, escarpes y cañones submarinos, o en las profundidades del mar abierto. Quizás la mejor muestra de esta destreza es la capacidad de la tortuga laúd de sumergirse a más de 1000 metros de profundidad en busca de su principal alimento, las medusas.
Sus amenazas
  • Polución y plásticos a la deriva
Al importante problema de la acumulación de compuestos tóxicos persistentes que afectan en gran medida a las tortugas marinas, se suman los efectos de la contaminación de residuos plásticos derivantes. En la actualidad, todos los mares del planeta están plagados de bolsas de plástico y otros residuos, que son ingeridos y que pueden provocar la muerte a tortugas, aves y cetáceos.
Pesquerías
Captura de tortugas con cortasedales Tortuga con anzuelo en el pico
A nivel mundial se considera que una de las amenazas más importantes para las tortugas es la captura accidental en diversas artes de pesca. En las cercanías de las playas de puesta o en regiones de alimentación demersal, la captura accidental en arrastre de fondo o trasmallo supone una importante amenaza. En el caso del arrastre, algunos países obligan ya al uso de un dispositivo que permite a las tortugas escapar de la red, el Turtle Excluder Device. La principal problemática en aguas de la península y las islas Canarias es la captura accidental en anzuelos de la pesquería de palangre. Sólo en el Mediterráneo español se estima una captura de entre 2 y 3.5 tortugas por cada mil anzuelos, lo que en algunos años puede suponer una captura de unas 30.000 tortugas. A nivel mundial se estima que esta pesquería podría ocasionar la muerte de más de 300.000 tortugas por año. Frente a esta dramática situación se realizan desde hace un par de décadas importantes esfuerzos a nivel internacional para encontrar soluciones que beneficien tanto a las tortugas como al pescador afectado. En España, algunas posibles medidas de mitigación probadas recientemente por científicos y pescadores, como el cambio de carnada de cefalópodo por pescado o la profundidad de pesca, podrían disminuir en cerca de un 90% la actual tasa de captura accidental. Por otra parte, los estudios de seguimiento por satélite han dado lugar a una herramienta de gestión interesante que consiste en un sistema de información geográfica que identifica las zonas de alto riesgo de captura accidental.
Playas de puesta y el comercio de productos de tortuga
Comercio de tortugas
La destrucción de hábitats de anidación es sin lugar a dudas la principal amenaza para todas las especies de tortuga marina. Pudiendo ser un valor añadido para un turismo de calidad, son desafortunadamente más comunes los casos en los que esta industria ha tenido efectos negativos en las playas de anidación, tanto por destrucción mecánica de zonas de puesta como por el fomento de un consumo insostenible de la gran variedad de productos alimenticios y decorativos que ofrecen estas especies. El comercio internacional de productos de tortuga está prohibido y regulado por el Convenio de Washington o CITES.
Colisiones
Cadáver de tortuga con fractura
Una de las principales alteraciones del medio marino a lo largo de las últimas décadas es el incremento de tráfico marítimo. Barcos cada vez más rápidos y más silenciosos no son siempre detectados por las tortugas, que para su termorregulación necesitan pasar gran parte del día adormiladas en la superficie. Un barco mercante convencional genera en su proa una ola que desplaza a estas tortugas ocasionando únicamente un buen susto. Pero un ferry rápido o una lancha no dan tiempo a la tortuga a reaccionar. Cada año miles de tortugas mueren de esta forma. Años de supervivencia de un animal a las amenazas naturales de su medio quedan así destrozados en un instante, a menudo por amenazas tan absurdas como el paso de una moto acuática.
Cambio climático
Aunque a lo largo de las últimas dos décadas se han intensificado los programas de conservación en las principales zonas de reproducción, amenazas como la contaminación y sobretodo los efectos del cambio climático aparecen actualmente como especialmente alarmantes, poniendo en riesgo la critica fase de la anidación de las hembras.



















MAS ANTIGUAS QUE LOS DINOSAURIOS:
 Una de las especies a la que hay que salvar de las horribles matanzas indiscriminadas, son las tortugas marinas.
 Las tortugas existen desde hace más de 150 millones de años y sobrevivieron a todos los cambios del planeta.
 Ya naturalmente, por cada mil crías nacidas de los huevos de las costas, sólo dos llegan a ejemplares adultos. Estas crías son pequeñas, de unos cinco centímetros y se presentan a numerosos peligros, como ser comidas por pulpos, cangrejos peces y aves marinas, o el no conseguir su alimento.
 Las pocas que logran sobrevivir, si son hembras, regresan al lugar de nacimiento, para desovar, y allí eran cazadas sin escrúpulos.
 En la actualidad se han implementado leyes y programas que se han logrado establecer después de años de luchas y trabajos para hacer tomar conciencia de la necesidad de evitar el exterminio de estas tortugas y se están desarrollando acciones de cuidados de los lugares de desove, se han colocado mallas de alambre circundando los nidos para evitar que los zorros predadores lleguen a dichos nidales, guiados por el olfato, pues seguían el rastro dejado por las hembras en el trayecto hacia el lugar en que depositaban los huevos.
 En Brasil se han llevado a cabo muchas acciones tendientes a preservar las cinco especies que allí se acercan a desovar en las playas.
 Estas acciones son en parte subvencionados por el Estado, y en parte por empresas privadas y emprendimientos De grupos que se han organizados a partir de entidades ecológico-educativas, como la Universidad de oceanografía de Río Grande do Sul, de donde surgieron los primeros pasos, hace ya tres décadas, de lo que hoy es una realidad en plena marcha y con buenos resultados: el Proyecto Tamar.
 El avance de la civilización también es causa de decrecimientos de ejemplares como éstos, pues con la construcción de ciudades, el asentamiento de ciudades, la cría de animales domésticos, van destruyendo los hábitats naturales, lo que produce disminución notable de ejemplares, como ha sucedido en las Islas Galápagos,
 Y la obra destructiva que muchas veces ejerce el ser humano, va en detrimento de las especies. Uno de los elementos de mayor exterminio son algunos balleneros que atacan a los defensores de nuestro planeta y su equilibrio, y que a la hora de conseguir carne fresca, también la emprender con las grandes tortugas.
 
   La reproducción ocurre en intervalos de uno a tres años  
Las tortugas no son animales de cerebro evolucionado, pero tienen la visión, el olfato y la audición extremamente desarrollados, además de una fantástica capacidad de orientación. Por eso, aunque vivan dispersas en la inmensidad de los mares, saben el momento y el local de reunión para la reproducción. En esa época , realizan viajes transcontinentales para volver a las playas donde nacieron, para desovar. Los investigadores aún no pueden explicar muy bien este fantástico sentido de orientación. No obstante, es sabido que el ciclo de reproducción de las tortugas puede repetirse en intervalos de uno, dos o tres años, variando de acuerdo con la especie y con las condiciones ambientales, especialmente la distancia entre las áreas de alimentación y de reproducción.
La unión ocurre en el mar, en aguas profundas o costeras. La hembra elige uno entre varios machos y el noviazgo empieza con algunas mordidas en el pescuezo y en los hombros. La cópula dura varias horas y la hembra puede ser fecundada por varios machos. La fecundación es interna y la hembra puede realizar en media de tres a cinco desoves para una misma temporada de reproducción, con intervalos medios de 10 a 15 días.
 Las tortugas vuelven para deponer en la playa donde nacieron
 Las hembras siempre vuelven a la misma playa en que nacieron para desovar y ponen los huevos en locales cercanos uno del otro. Buscan playas desiertas - en Brasil entre septiembre y marzo - y generalmente esperan el atardecer, puesto que el calor de la arena, durante el día, perjudica la deposición y la oscuridad las protege de varios obstáculos. Cuando llega la noche, las tortugas eligen un trecho libre de la acción constante de las mareas en la playa y con las aletas delanteras, hacen un hoyo redondo de aproximadamente dos metros de diámetro - la cama - donde se alojan para iniciar la confección del nido. Ellas pueden hacer varias camas, hasta elegir una para desovar.
Una vez elegida la cama, con las aletas traseras hacen otro hoyo para el nido, que tiene alrededor de medio metro de profundidad y se parece a una botella enterrada en la arena, con una boca que se ensancha hacia el fondo. En ese lugar depone sus huevos, redondos y blancos, parecidos a una pelota de ping-pong. Los huevos quedan bien protegidos, recubiertos por una especie de humor y por la arena con la que la tortuga cubre el nido. En cada desove, una tortuga desova alrededor de 120 huevos, pero los investigadores del Tamar ya han registrado nidos con apenas 16 y otros con 240 huevos.
Tras desovar, la madre regresa al mar y 45 a 60 días después nacen las crías. Una tortuguita ayuda a la otra con movimientos sincronizados, retirando la arena, hasta que alcanzan la superficie del nido y corren hacia el mar.













Las especies más vulnerables y que podrían extinguirse en un futuro muy cercano, son:





























  • Tortuga marina verde (Chelonia mydas)
  • Tortuga marina verde del pacífico o negra(Cheloniaagassizi)
  • Tortuga marina carey ( Eretmochelys imbricata)
  • Tortuga marina lora (Lepidochelys olivacea)
  • Tortuga marina cabezona (Caretta caretta)
  • Tortuga marina baula (Dermochelys coriacea)  

Tigres en peligro











El nombre científico del tigre es Panthera tigris y pertenece a la familia de los félidos, dentro de los mamíferos carnívoros.
Se trata de un animal de gran tamaño y con una característica piel color naranja con rayas negras.
Los fósiles de tigres más antiguos se encontraron hace más de un millón de años en China. Aprovechando los cambios climáticos durante el periodo glacial, el tigre se fue expandiendo desde allí y adaptando al frío y la nieve.
El tigre encontró buenos hábitats en países como Indochina y la India. Al adaptarse fue evolucionando hasta diferenciarse varias subespecies.

Hasta la primera mitad del siglo XX sobrevivían al menos ocho subespecies de Panthera tigris. Sin embargo, actualmente, el tigre del Caspio, el de Java y el de Bali se han extinguido. Las demás especies que sobreviven están en peligro de extinción. El género pantera ha dado lugar a cuatro especies más emparentadas en la actualidad: el jaguar, el leopardo, el león y el tigre.
La madurez sexual en estos animales les llega a los machos a los 4 o 5 años, y a las hembras a los 3 o 4 años de edad. Su periodo de gestación suele ser de 105 días aproximadamente, teniendo 2 o 3 crías por camada de norma general. La alimentación de los tigres es exclusivamente carnívora.

Hace poco escuchamos que los elefantes africanos enfrentan un futuro sombrío, pero parece que los tigres que aún quedan en el mundo no están lejos de este futuro. La revista Economic Times reporta que en el Taller Global de Tigres de Kathmandu, los números más recientes muestran que la población mundial de 3,500 tigres podría quedar extinta dentro de 15 a 20 años si no se hacen mejores esfuerzos de conservación.
Hace cien años la población estimada de tigres era de 100,000 ejemplares, peor la pérdida de su hábitat y la caza furtiva han cobrado gran parte de estos ejemplares. En los últimos diez años el hábitat de los tigres se ha reducido en un 40% a causa de la deforestación.
El comercio ilegal de pieles y partes de los tigres genera cerca de veinte mil millones de dólares al año, de acuerdo a la Interpol; investigaciones recientes revelan que , al menos en China, los esfuerzos por frenar el comercio han fallado.
Los precios actuales en el mercado pro las pieles de tigre van de los $11,660 dólares a cerca de $22,000; los huesos de tigre, usados en la medicina tradicional china valen $1250 dólares por kilo.











Los tigres aun pueden encontrarse en Bangladesh, Bután, Burma, Camboya, China, India, Indonesia, Laos, Malasia, Nepal, Rusia, Tailandia y Vietnam.











Once tigres siberianos mueren de hambre en un zoo 





Once tigres siberianos, una de las especies animales en mayor peligro de extinción en el planeta, fallecieron por falta de alimento en los últimos tres meses en un zoo del noreste de China, denunció hoy la agencia oficial Xinhua.


Las muertes se han producido en el Zoo de Vida Salvaje Forestal de Shenyang, capital de la provincia nororiental de Liaoning, cerca de donde estos tigres tienen su hábitat.

Aunque la causa de la muerte de los felinos aún se está investigando, sus cuidadores señalaron que "probablemente han fallecido por malnutrición y no por enfermedad".

La noticia se produce precisamente cuando China se encuentra en el Año del Tigre del calendario chino, iniciado en febrero y que ha servido para que organizaciones ecologistas denuncien el peligro de extinción de estos animales en el país asiático, así como las malas condiciones en las que viven los que están en cautividad.

Según algunos expertos, muchos de los zoos chinos no tienen los fondos necesarios para dar de comer apropiadamente a los tigres que poseen, lo que también ha producido en los últimos años que las fieras atacaran o incluso mataran a algunos cuidadores de zoos.

En China viven en libertad tigres de las dos principales subespecies del animal, el de Bengala en el sur (que los chinos denominan "tigre del sureste de China") y el de Siberia en la zona fronteriza con Rusia, llamado aquí "tigre del noreste chino".

Mayoría de tigres viven en cautiverio







En todo el mundo hay entre 15.000 y 20.000 tigres en zoológicos, circos o como mascotas. La Nación Costa Rica

Entre cinco y siete veces más tigres viven en la actualidad en cautiverio que en estado salvaje, según un artículo publicado en la revista especializada Current Biology.
Mientras que hacia el año 1900 más de 100.000 tigres vivían aún en libertad, en la actualidad se estima que esta cifra es de unos 3.500 ejemplares.




El Leopardo de las Nieves
Uncia uncia

El Leopardo de las Nieves (Uncia uncia)
El Leopardo de las Nieves (Uncia uncia)


INTRODUCCIÓN:
Entre los félidos, el Leopardo de las Nieves (Uncia uncia) es considerado por muchos como el más bello, y por el resto de nosotros, indiscutiblemente uno de los más bellos y menos vistos. La cola es larga y coposa, sus ojos son claros y aparentan ser trasparentes y el color de su pelaje muy acogedor y pasivo. Claro, esta descripción es mirándolo de lejos, o del otro lado de la reja, porque es tan félido como cualquier de las otras panteras.


DISTRIBUCIÓN:
El Leopardo de las Nieves es natural de Asia. En la naturaleza se encuentra en las montañas Himalayas de Afganistán, Pakistán, India, Bután, China y Nepal, continuando su presencia por otras cordilleras hacia el norte hasta Mongolia y Rusia, cerda del lago Baikal. No es una distribución continua.


ELEVACIÓN:
En algunos lugares el Leopardo de las Nieves se mantiene en elevaciones de 2,000 a 6,000 metros de altura; posiblemente bajando en invierno en busca de sus presas que se trasladan a estas regiones en busca de alimentación en esa temporada de escasez. En otras partes habita en elevaciones mucho más bajas, de 600 a 1,500 metros.


HÁBITAT:
Uncia uncia habita en regiones rocosas cubiertas por nieve, tal vez hierba. En algunos lugares demuestra preferencia por lugares donde el terreno es bien accidentado, no llano o plano.


HÁBITOS:
Este félido es de hábitos diurnos, siendo más activo al amanecer y oscurecer.


ÁREA DE ACCIÓN:
El tamaño del área de acción, zona donde se mantiene, de un leopardo de las nieves depende de la abundancia de sus presas. En lugares donde hay muchas presas el área de acción es relativamente pequeña, puede ser de menos de veinte kilómetros cuadrados; mientras que en otras regiones donde no hay muchas presas, el área de acción puede abarcar más de cien kilómetros cuadrados.


En diferencia a otros félidos, en esta especie las áreas de acción tienen gran porción de su zona en común con el área de acción de otro individuo; el Leopardo de las Nieves no defiende un territorio vigorosamente de sus congéneres como es el caso en otros félidos.


RELACIÓN CON OTROS DE SU ESPECIE:
Uncia uncia como la mayoría de las otras panteras, es un animal que se mantiene solo. Las madres permanecen con sus cachorros por cierto tiempo y durante el celo las parejas están juntas por unos días, el resto del tiempo hacen una vida solitaria.


REPRODUCCIÓN:
La pareja se reúne de enero a junio, naciendo los cachorros de abril a junio. El período de gestación es de 90 a 103 días. En cada parto nacen dos o tres cachorros, pero pueden ser de uno a cinco. Son adultos de los dos a tres años, las hembras usualmente criando por primera vez a los cuatro años.


LONGEVIDAD:
Al Leopardo de las Nieves se le estima una longevidad en cautiverio de unos diez a once años; aunque se registra uno que alcanzó los veintiún cumpleaños.




ALIMENTACIÓN:
La alimentación de Uncia uncia consiste de mamíferos, pequeños y medianos. Interesante de esta especie entre los félidos es que come hierba. Los otros félidos es posible que coman algunas hojas, aparentemente para ayudar la digestión u otra razón secundaria a la alimentación. En el caso del Leopardo de las Nieves las plantas no llegan a formar parte de su alimentación principal, pero sí lo suficiente para notarse.


DESCRIPCIÓN:
Los adultos de longitud en la cabeza y el cuerpo pueden lograr de 75 cm a 1.3 metros, más la cola de 70 cm a 1.0 metros. Pueden pesar de 30 a 75 Kilogramos.


OTROS NOMBRES:
Al Leopardo de las Nieves también se le llama “Irbis” y “Onza”.
En inglés se le conoce por “Snow Leopard”.


Leopardo de las nieves se recupera en Pakistán

Desde hace más de 10 años, el pakistaní Shafqat Hussain le sigue el rastro al amenazado leopardo de las nieves (Uncia uncia). Lo oye bramar y ha visto sus huellas en algún sendero nevado. Pero su sueño de encontrarse cara a cara con este felino sigue sin cumplirse.

Enviado por: ECOticias.com / Red / Agencias, 13/08/2010, 12:44 h | 
"Si uno ha visto a este gato, ha visto al Santo Grial", dijo Hussain, de 41 años.

Sin embargo, lo que más le preocupa es garantizar la supervivencia del animal, explicó este ambientalista y profesor de antropología en el estadounidense Trinity College.

Los leopardos de las nieves están mundialmente amenazados, según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Se estima que la población total de este felino es de entre 4.000 y 7.000 ejemplares.

Aunque la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites) prohibe el comercio de estos animales, estos, que se encuentran solamente en las regiones montañosas de Asia central y meridional, se enfrentan a la oposición de los criadores de ganado, que los matan en venganza por los ataques a sus cabras, dijo Hussain.

En 1999, Hussain inició en dos aldeas de la norteña región pakistaní de Baltistán un innovador programa de seguros, llamado Proyecto Leopardo de las Nieves, con financiamiento de la británica Royal Geographical Society y la estadounidense Snow Leopard Conservancy.

"No soy totalmente indiferente a la pérdida de cabras que padece la comunidad", dijo Hussain en una entrevista telefónica con IPS durante su visita anual a Baltistán.

Su enfoque "ayuda a la conservación y la protección de los leopardos de las nieves, pero también compensa a los criadores locales por cada cabra que el felino mata, a condición de que los aldeanos no lo maten", explicó Hussain.

Hace unos seis meses, uno de estos leopardos atacó a la manada de Ghulam Mehdi, en la aldea de Hushey, en Baltistán.

El Proyecto Leopardo de las Nieves "me pagó una compensación de 4.500 rupias (52 dólares)", dijo Mehdi, de 35 años.

Este criador ha asegurado a todas sus cabras. "Pagamos dos rupias (dos centavos) mensuales por cada cabra. El Proyecto registra a nuestros animales y lleva la cuenta. Solamente me compensan si un leopardo mata a alguna cabra, no si lo hace un lobo u otro animal salvaje. Ellos pueden decir qué animal atacó a nuestras cabras", señaló.

La clave del éxito del programa, en el que ya participan unos 5.000 criadores, es que los aldeanos son sus dueños y administradores. Los residentes de la zona fueron capacitados para usar y mantener cámaras a distancia, instaladas en distintos puntos, para controlar y estudiar al leopardo de las nieves.

El Proyecto se ha expandido a 10 aldeas pakistaníes, y se ha replicado en países vecinos como Nepal, China e India.

De hecho, "tales programas sólo tienen éxito si en ellos participa la comunidad", dijo Ejaz Ahmad, subdirector general del capítulo pakistaní del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).

Hay programas similares en curso para el leopardo común en las localidades turísticas de la región de Galiaath, en Khyber Pakhtunkhwa (ex Provincia de la Frontera Noroccidental).

"Con el paso de los años hay cada vez se reportan menos casos en que miembros de la comunidad maten en represalia a las dos especies de estos felinos", destacó Ahmad.

Los seres humanos constituyen la mayor amenaza a la supervivencia de los leopardos de las nieves, que se encuentran en las cadenas montañosas del Himalaya y en Afganistán, China, India, Kirguistán, Kazajstán, Mongolia, Pakistán, Tayikistán y Uzbekistán.

También se los ha detectado más hacia el norte, incluso en Siberia.

Pesan entre 27 y 54 kilogramos y pueden alcanzar hasta 130 centímetros de largo, situándose en la cima de la cadena alimenticia. El leopardo de las nieves puede disparar cambios ambientales, por ejemplo eliminando la cobertura vegetal, explicó Hussain.

También puede causar un aumento en la población de cabras salvajes, lo que puede conducir a la degradación de pasturas, que a su vez erosiona el suelo.

En base a un sondeo que llevó a cabo en 2003, Hussain estima que en Pakistán quedan unos 450 leopardos de las nieves, dispersos por Chitral, en Baltistán; en los distritos de Dir, Swat y Kohistan, en Khyber Pakhtunkhwa, y en Muzaffarabad, en la Cachemira administrada por Pakistán.

"Su población crece lentamente", dijo Hussain, quien confía en que llegará a cifras más precisas cuando realice el próximo estudio, en 2013.

Pero ahora los leopardos continúan atacando a animales domésticos, aunque no escasean las presas naturales, como el íbice (Capra ibex) y el marjor (Capra falconeri). "Es más fácil matar una cabra que acechar a una presa salvaje", explicó Hussain.

Otra razón para estos ataques es el rápido aumento de la población humana, que se está insertando en el hábitat del leopardo. "Pero ni siquiera eso implica tanta preocupación como la actitud. La raza humana profesa una creciente intolerancia a dejar que existan otras especies", opinó.

"La población local siempre sostuvo que el leopardo era una amenaza que era necesario eliminar. A lo largo de los siglos, con el avance de las armas, el enfoque negativo se transformó en una acción negativa, y por lo tanto en su matanza indiscriminada", dijo Hussain.

Ahmad, de WWF, reconoció que "hay mucha presión sobre los animales salvajes", pero opinó que a los leopardos no les resulta fácil atacar a las cabras porque los criadores toman precauciones extra.

"El felino sólo ataca cuando está muy hambriento y su presa natural no está disponible", agregó.

Con 212 aldeas dispersas por 50 por ciento del hábitat del leopardo de las nieves, Hussain admitió que su proyecto todavía tiene un largo trecho que recorrer.

"Proteger y conservar especies animales es responsabilidad del Estado.